Soy solo para ti

Alguna vez la vida brotó en mí como un manantial, pero mi espíritu siempre fue una gran roca en el desierto.

Luego no fue más que un montón de polvo. Porque el manantial se ha secado.

Y la presión me ha molido lentamente. 

El viento sopla, me arrastra, me desarma y pierdo mi forma.

Trato de juntar lo poco que queda con mis manos, pero se escurre entre mis dedos. 

La desesperación me arrebata y mis lágrimas mojan el suelo.

Poco a poco verdes tallos crecen.

La roca que fue mi espíritu,  molida por el dolor de la desdicha, regado por las lágrimas, es ahora un fértil prado.

Y te doy la bienvenida para que te recuestes en mí. Para que descanses y siembres tus semillas.

Aquí podrás sentir la cálida brisa en tu piel.

Aquí podrás hacer tu refugio junto a mis raíces.

Aquí podrás cerrar tranquilamente tus ojos y descansar bajo la bóveda celeste.

Aquí podrás olvidar.

Podrás sanar, y volver a amar en paz.

¿Paz?

La paz. Siempre busqué paz. Desde joven me alejé, traté de diferenciarme de quienes me rodean, ser original a mi manera sin llamar la atención. Ahora entiendo que buscaba paz. Y todavía la busco, no la encuentro. Creí que en la soledad la encontraría, creo que en la austeridad hay menos de que preocuparse, pero hay algo que nunca podes evitar. La conciencia. No podes olvidarte, alejarte de vos. Y en la conciencia no solo te encontras, también pensas y te preocupas. La única paz está en la inexistencia. Tal vez dormir. Y aún así, tu subconsciente reflota tus pensamientos en forma de sueños. O pesadillas. Ahora pienso en una nueva forma de descansar, el descanso final. Es obvio. Para alcanzar esa paz no hay que existir, no hay que ser consciente,  ni inconsciente, ni subconsciente. Pero ¿Y si hay algo más después? ¿Y si este es mi sueño o mi pesadilla? ¿Me voy a arriesgar a perder mi intranquilidad, mi preocupación, mi dolor? ¿Sin saber si de verdad hay paz después? Creo que mejor sufro un rato más. No hace falta adelantar lo inevitable, tal vez mi destino llegue antes de lo previsto y no tenga que preocuparme por los preparativos. Mientras tanto finjo estar en paz.

Solo para vos

 ¿Qué es esto, esta sensación?

Siento que tengo algo que decir, algo que mostrar. 

Lo siento en el pecho, me aprieta el corazón una angustia, es como nostalgia por algo que no tengo.                 Creo que es amor.

Tal vez no lo es, pero déjenme sentirlo, déjenme creerlo. Aunque sea un rato, hasta que sepa que hacer. 

Y no es algo que tenga que decirle a la muchedumbre ni mostrarle a la turba.

Es algo para vos, solo vos.

Y...

¿Cómo hacerlo, como decirlo, como mostrarlo?

Hace falta coraje, valentía, sacudirme el miedo y atreverme.

Pero cuando veo la oportunidad se me hiela la sangre, se me acongoja el alma, se me anudan las cuerdas.

Es como una canción. Y me olvido como cantar, olvido la letra.

La pregunta correcta sería ¿Qué quiero hacer, qué quiero decir, qué quiero mostrar?

Estoy en el borde del precipicio, tengo los ojos vendados y el viento me ensordece. 

Me enloquezco, me atormento, me asusto. No habrá vuelta atrás.

Te siento frente a mí y no se si dar el paso, porque no se si vas a estar ahí, ahí para dejarme caer o abrazarme y caer conmigo.

Escucha

Mi corazón de hoy

 Más veces de lo que uno quisiera el dolor es demasiado. Casi insoportable. Lo único que lo mitiga es creer que hay esperanzas de sanar, de dejar de sentir dolor.

 Hay formas de olvidarse del dolor, formas de auto-anestesiarse. Pero no son más que medidas temporales, vendajes en una herida infectada y sin antibióticos.

 Es triste saber el final. Todo pierde la gracia, la vida pierde el sabor. Reír es falso, amar es tortuoso, la paz es una cortina de humo.

 Y uno solo sigue y sigue. Vive la vida aceptando lo que le toca, convenciéndose para seguir un rato más.

 Lo único que se me ocurre es una excusa, una persona. No seguir por uno, si no por alguien. Un amor real. Eso sí podría salvarte, pero ¿y si se va? Todo sería peor y el final seguro. Y ahí sí, el final estaría sentenciado. Porque lo que nos mueve son propósitos, si no los hay de nada vale vivir.

Si leen esto y sigo acá, no se asusten. Si me fui no me lloren, porque ya no sufro y siempre les amé.

 

La redoma que se abre

Creo que con el tiempo estas palabras van a ser abono para mi nostalgia. 

Temple

Es triste sentirse tan indiferente, como para morir en cualquier momento.

"Sempiterno"

"Sempiterno"

  Mas allá de la identidad propia, uno suele identificarse por fuera de su existencia y resuelve temperamentalmente adherir rasgos impropios. De esta forma se traiciona gravemente el ser natural de uno y conlleva a una trasformación irreversible que, en menor o mayor medida, termina por desdibujar la individualidad y nos aglutina en la masa social.

  La individualidad es intrínseca a la irrupción de los estímulos externos. Es simple alienarse de la masa social alejándose y observándola con pensamiento critico, cuestionar las maneras y medios de interrelación que obligan al ser a asociarse incongruentemente con la masa.

  Los deseos y cuestiones de existencia son propios e irrebatibles. Es obligación natural individualizarse si se desea libertad verdadera. Cualquier deseo interrelacionado con la masa, no es propio, es producto de la injerencia orbital de la sociedad.

  Mas allá de estas palabras hay significados, o no.